Yo, por lo general, tengo miedo. Pero sí lo tengo que sea por una experiencia directa con lo que llamaré "la cosa".
"La cosa" -amor, acrobacia, primeras veces de todo, segundas y terceras quizás también-
La experiencia diferida no me parece. Claramente, me aburre.
Yo prefiero estar en contacto con la carne de la realidad, antes que desperdiciar dos horas de mi vida en un juego de sugestiones evocado por una ficción perversa. Es perverso promover que otros sufran. (Aunque deseen sufrir. Es mi moral. Nietzsche dijo que experimentemos otras morales)
No miro terror. No miro desde chiquita. No pienso mirar de grande.

0 comentarios:
Publicar un comentario