miércoles, 25 de abril de 2012

Doscientos ochenta y cuatro: exclusiva

Leí a Freud por Roland Barthes donde decía: "Cuando amo soy exclusivo" Creo que amo a la música. Cuando amo, no hay palabras. Chau psicoanalisis.
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Doscientos ochenta y tres: Dildos y flores

Qué lindo trabajar haciendo un sitio web de dildos y que te paguen con flores. El mundo del capital no suele ser tan hermoso. Las pagas son malas. El mundo del capital suele ser solemne. Yo nunca querré parecerme al capital, ni al capitalista, ni al capitalismo. Quiero parecerme a la libertad del trueque. Al trueque con abrazo. A la libertad de fluir. Ellos convirtieron el código del regalo, en billetes que van de mano en mano tan rápido que nadie los ve. Pero creen en ellos más que en Dios, al que nunca han visto tampoco. Dar o tener crédito, no tener fe.
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martes, 27 de marzo de 2012

Doscientos ochenta y dos: No querrás ser

Mirá si un día me levanto y no quiero ser más soprano. Y me doy cuenta, inútilmente, de algo que, inútilmente, siempre ha estado allí. Esto es: capaz soy otra cosa. Capaz no soy pato ni soprano, capaz soy cisne y contralto o mezzo, ponele.
Porque si es por "ser" no soy mujer, ni periodista, ni hija, ni nada que yo no quiera. Porque ser tiene que ser libre. Ése es el único ser en cuestión, si viene al caso. Y la libertad siempre viene a este caso. Sobre todo si estoy harta de estar siendo cosas, o si estoy aburrida, o si no me salen, como no sale nada más allá del fa de la última línea del pentagrama.
Entonces no soy.
Y no ser funda una posibilidad en la mente. Hay una nada. El vacío chupa y las posibilidades caen como torrente.
De pronto estoy con una línea de mezzo. Se refieren a nosotras como las "altos". Me siento a gusto. Siempre me he sentido "alto" por muchos motivos que vendrían al caso pero no al tiempo ni a las ganas. Soy alto. Las altos somos cisnes negros.
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jueves, 8 de marzo de 2012

Doscientos ochenta y uno: Vienen los bomberos

Hace dos semanas, sobrevoló en el living y clavé la nota más aguda de mi registro. Limpia. Mi preparador vocal hubiese estado orgulloso.
Hoy vinieron los bomberos. Llamaron por teléfono varias veces. Yo los llamé primero para decirle que había un murciélago en el taparrollos. No creí que fueran a venir pero no teníamos opción. Todas las noches mi cohabitante L se duerme con los artefactos eléctricos en on. Es él o ella.
Vinieron en el autobomba. Lo estacionaron en la vereda de enfrente. Subieron dos de ellos. Yo había preparado una torta de chocolate por si no llegaban a encontrarlo, para justificarles la venida.
El murci no dio señales de actividad en el taparrollos. Los bomberos rechazaron la torta de chocolate. Suerte que no soy sensible a la frustración. Lástima que no pusieron la sirena, el murci seguro era sensible a ella.
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Doscientos ochenta: Día de las muertas

Tengo un gran problema con los días conmemorativos de muerte. Tengo un gran problema también con la palabra "mujer". En la calle estuvieron vendiendo flores a lo loco. Flores, no libros.
Pienso en todas las mujeres orgullosas de su género. Algo que no eligieron, no porque hayan nacido con concha, sino porque la mayoría de ellas no elije cómo vivir su femeneidad. Yo soy una revirada, no quepo en ningún cajón. No digo ser el ejemplo, ni siquiera estoy terriblemente orgullosa de ser border, pero no voy a decirme mujer, porque mujer significa cosas que no elijo.
Es un día pésimo. Me preparo psicológicamente pare recibir el día d del adoctrinamiento genérico. Perfecto. Nacemos pobres, mujeres, negros, judíos, homosexuales.¿Y festejamos la diferencia? Pero no es una diferencia elegida deliberadamente (a mí todos los días alguien me dice la frase: cuando seas madre...) Adoctrinamiento pasado como naturaleza.
No quepo. Mi "naturaleza" es escurridiza.
Lo siento, hay un error en el sistema.
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jueves, 23 de febrero de 2012

Doscientos setenta y nueve: arte arte arte

Es sorprendente.
Hace dos días pensaba en la frase de Minujín.
Hoy pasa un pibe en bicicleta y la grita. Bardea gratuitamente lo que estamos haciendo.
V. dice: Seguro se va a grabar "El lado oscuro de la luna"
O a pintar el Guernica.

Seguro se siente muy trascendental con su bicicleta a la una de la mañana a una velocidad de locos. Se siente dios en un mundo monoteísta.

Lo nuestro es de papel a simple vista. Durará tres días, como mucho una semana.
No es una palabra.
Es real. Tiene vida propia.
La cabeza se vierte sobre la calle.
Estamos exhaustos y excitados como niños de colonia.
No me explico con palabras sensaciones
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domingo, 19 de febrero de 2012

Doscientos setenta y dos: Osadía

-No estoy segura
-Nunca vas a estar segura
-Todo el fin de semana me dolió un ala
-Justamente. No podés quedarte a medio camino, entre el deseo y el miedo
(Respira hondo)

>Es ahora. (Salta)




*Suena la música
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viernes, 17 de febrero de 2012

Doscientos setenta y uno: el año en que se mueren todos

Cuando yo era chica escribía triste.
Ahora escribo, por lo general, cuando estoy bien y libre. Por suerte estoy bastante suelta, incluso puedo escribir cartas y diarios íntimos con suma facilidad.
Hoy me enteré que había muerto ella también.
Tengo su bola de contact aquí. Es verde oscura. Y yo nunca aprendí, pero entonces ella empezaba a desprenderse, y capaz tenía la ilusión de que.
Ella estaba muy enojada. Yo no me enojo ya. Casi. Ella estaba cansada también.
Y hace no tantos días, se murió alberto luis. Y la que actuó en el guardaespaldas con kevin cosner.
Pero las calaveras tienen flores de colores.
Y la música está creando matorrales en los oídos.

Dice m. que la muerte está sentada a la mesa, mientras tomamos birra, lo dice después de contarme que ella ha muerto -cosa que yo ya sabía aunque no lo supiera-.
Tengo su bola verde oscura y la miro al lado de las guitarras, como se está quieta, mientras la muerte va y viene, la vida va y viene.
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Doscientos setenta: La noche está estrellada y tiritan azules a lo lejos

Pam param pam pam
Él músico dice: el cielo se estrelló
Todos miramos.
Podría ser la destrucción del universo o simplemente unas estrellas.
Me causa gracia.
Después de que el perro cante unas notas agudas
digo:
el perro se estrelló, ahora es una estrella.
No era así?
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Doscientos sesenta y nueve: Llevate unos libros

Ella me dijo:
- Mirá en esa bolsa a ver si te interesa algo

Es como que me digan que me gané un kini.
Voy hacia la bolsa como si fuera la punta de un arcoiris *justo hoy que está por llover.

La bolsa es marrón caca pero tras el polietileno (tan cerca del capeletini) hay pessoa y poéticas varias, incluso una mexicana llamada mayté olivares que, entre hojeadas y ojeadas, me despierta la merluza que tengo en el cráneo.
Estoy re contenta.
Cargo mi bolsa y me voy con el tesoro multicolor.
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domingo, 12 de febrero de 2012

Doscientos sesenta y ocho: Patito lindo

Cuando voy con mi bicicleta, una y veinte de la mañana, no tengo miedo. Tengo un placer de caballo galopando. Creo que estoy en el momento exacto en el cual el patito feo descubre que no es feo, sino cisne. Que le ha tomado años asumirlo, que le ha costado horrores abandonar la lucha por ser un patito. Le ha costado al principio el amor de sus padres, le ha costado amigos, títulos, cicatrices. Calló una parte de su vida.
Se podía vivir así. Como poder, se podía. Pero ahora que nada a sus anchas y largas aletas que son alas que son aves que vuelan, que son naves que vuelan, que viajan. "Esto viaja", piensa el patito lindo. La música es un avión o un caballo galopando a miles de kilómetros por hora.
No sé si es la voluntad, creo que es el deseo que se ha rebuscado para salir entre la gente. Tanto empujar, se zafa. Y cuando sale es expansivo como un gas.
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jueves, 26 de enero de 2012

Doscientos sesenta y siete: La vida olvidada

Cuando uno se va de vacaciones mucho tiempo se olvida de la vida que tenía antes de irse. Creo que es ese un poco el objetivo de las vacaciones. Al volver uno descubre su propia vida como si fuera ajena. Llega y ve si le gusta. Si no le gusta, se arma otra o se va de nuevo de vacaciones. Pero si le gusta, se queda a vivir plácidamente en la vida que tenía.

Cuando yo regresé de mis vacaciones, me sorprendí de la vida que tenía antes de irme. Me sorprendí de mis amigos y de mis objetos. Me sorprendí por lo intacto del corazón al sentarme a tocar el teclado, al abrazar a M.S., al pedalear mi bicicleta. Y dije: Mierda. Esta vida me gusta tanto como la vida paralela de las vacaciones.

Llené el lavarropas y me senté junto a la ventana para ver cómo las plantas sacaban la cabeza al sol.
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Doscientos sesenta y seis: Salta está lleno de franceses

Elodie estaba en la cocina salteando unos tomates para sus spaghettis. Yo estaba en la cocina cortando chiquitita la zanahoria para la ensalada. No escuché a nadie hablar en español. Ella cantaba bajito como susurrando.
Creo que quise pedirle algo, algo como decir: pasame la sal. Pero le pregunté en inglés titubeante: where are you from?
Elodie dijo "France"
Y yo dije en inglés: no hablo bien inglés, hablo un poco de francés también.
Y nos reímos.

Ella estaba en la misma habitación que yo, también estaba en el mismo patio que yo a la tarde y ahora en la cocina, nos reímos de incomprensión.

La cabeza me dolía de pensar cómo armar frases comprensibles. Pero le invité una cerveza en la mesa del patio de atrás. Y le dije en falso inglés: la cerveza me hace las cosas más fáciles. Y ella asintió.

No sé si comprendíamos todo pero estuvimos horas hablando de humahuaca y comiendo un salamín de francia que sabía exactamente igual que el de argentina.
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lunes, 23 de enero de 2012

Doscientos sesenta y cinco: Nací jujeñitai

Los amigos que mis padres tenían cuando yo nací tienen corazones imposibles de decir.
Anoche me llevaron a la casa donde yo viví. La calle es dinamarca y yo más blanca que la leche. El barrio ciudad de nieva. Blanca pero jujeña. El obstetra fue "el negro".
La mujer tenía una niña negra en sus brazos. Yo tuve una negrita que me regaló mi abuela, creo que la trajo de paraguay.
La clínica donde nací queda en la calle independencia, dice mamá. Pero ellos insisten que no hay ninguna clínica en la calle independencia.
Cuando miro Jujuy, los miro a ellos, escucho el viento de la puna en la zampoña, el corazón se me agolpa, la emoción se me derrama por los ojos.
Viajar hacia atrás, ir hacia el fondo.

Hoy dejé Jujuy. Mi vida es multicolor.
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viernes, 6 de enero de 2012

Doscientos sesenta y cuatro: El fin de año me diluye

Tomar un vuelo hacia el origen. Mirarse el pupo todo el día.
Estoy en la aridez. Los sentidos son múltiples. Pero hay una cosa bien cierta y esa es la aridez.
Cada día que pasa, me vuelvo más ameba. Espero la hora en que el año del dragón me haga lanzar fuego por la boca.
Por lo pronto, hemos lanzado cañitas silbadoras al cielo con nuestros deseos.
Descanso en la sombra de eso.
Siento que soy el agua que se esparce tras la caída violenta sobre el azulejo.
Pronto seré el vapor.
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