martes, 29 de noviembre de 2011

Doscientos treinta y cinco: Ella está por embarcar

Ha pasado un año. Un ciclo, más bien diría. Cohabitante L parte nuevamente. Vuelvo a vivir sola. La pieza está ordenada. Hay silencio en la casa.
La casa sola.
Ni un sonido de teclas desde su pieza.
Sólo los murciélagos.
Duermo abrazada a la música. Duermo y despierto con la misma melodía. Es la melodía de un cello.
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