martes, 27 de marzo de 2012

Doscientos ochenta y dos: No querrás ser

Mirá si un día me levanto y no quiero ser más soprano. Y me doy cuenta, inútilmente, de algo que, inútilmente, siempre ha estado allí. Esto es: capaz soy otra cosa. Capaz no soy pato ni soprano, capaz soy cisne y contralto o mezzo, ponele.
Porque si es por "ser" no soy mujer, ni periodista, ni hija, ni nada que yo no quiera. Porque ser tiene que ser libre. Ése es el único ser en cuestión, si viene al caso. Y la libertad siempre viene a este caso. Sobre todo si estoy harta de estar siendo cosas, o si estoy aburrida, o si no me salen, como no sale nada más allá del fa de la última línea del pentagrama.
Entonces no soy.
Y no ser funda una posibilidad en la mente. Hay una nada. El vacío chupa y las posibilidades caen como torrente.
De pronto estoy con una línea de mezzo. Se refieren a nosotras como las "altos". Me siento a gusto. Siempre me he sentido "alto" por muchos motivos que vendrían al caso pero no al tiempo ni a las ganas. Soy alto. Las altos somos cisnes negros.
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jueves, 8 de marzo de 2012

Doscientos ochenta y uno: Vienen los bomberos

Hace dos semanas, sobrevoló en el living y clavé la nota más aguda de mi registro. Limpia. Mi preparador vocal hubiese estado orgulloso.
Hoy vinieron los bomberos. Llamaron por teléfono varias veces. Yo los llamé primero para decirle que había un murciélago en el taparrollos. No creí que fueran a venir pero no teníamos opción. Todas las noches mi cohabitante L se duerme con los artefactos eléctricos en on. Es él o ella.
Vinieron en el autobomba. Lo estacionaron en la vereda de enfrente. Subieron dos de ellos. Yo había preparado una torta de chocolate por si no llegaban a encontrarlo, para justificarles la venida.
El murci no dio señales de actividad en el taparrollos. Los bomberos rechazaron la torta de chocolate. Suerte que no soy sensible a la frustración. Lástima que no pusieron la sirena, el murci seguro era sensible a ella.
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Doscientos ochenta: Día de las muertas

Tengo un gran problema con los días conmemorativos de muerte. Tengo un gran problema también con la palabra "mujer". En la calle estuvieron vendiendo flores a lo loco. Flores, no libros.
Pienso en todas las mujeres orgullosas de su género. Algo que no eligieron, no porque hayan nacido con concha, sino porque la mayoría de ellas no elije cómo vivir su femeneidad. Yo soy una revirada, no quepo en ningún cajón. No digo ser el ejemplo, ni siquiera estoy terriblemente orgullosa de ser border, pero no voy a decirme mujer, porque mujer significa cosas que no elijo.
Es un día pésimo. Me preparo psicológicamente pare recibir el día d del adoctrinamiento genérico. Perfecto. Nacemos pobres, mujeres, negros, judíos, homosexuales.¿Y festejamos la diferencia? Pero no es una diferencia elegida deliberadamente (a mí todos los días alguien me dice la frase: cuando seas madre...) Adoctrinamiento pasado como naturaleza.
No quepo. Mi "naturaleza" es escurridiza.
Lo siento, hay un error en el sistema.
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