martes, 23 de julio de 2019

Cuatrocientos tres: Pequeña gran lista de deseos

Toda buena planificadora es una buena enlistadora de cosas. Desde listas de supermercado para días de 50% de descuento hasta listas de deseos y expectativas espirituales. Usted quiere un plan y lo tendrá.
Nadie te dice cómo, te dicen qué. Somos moradores del tiempo y en ese mientras tanto, todo parece eterno. Listas de deseos, les decía. Hice una de 15 pero seguí contando en mi mente hasta bien entrada la mañana.
En eso, pasó a buscarme y le dimos paso firme a la trotada. Me preguntó si me parecían bien dos vueltas de milquinientos metros (y milquinientos ya es un número enorme), pero le dije sí. (Por dentro me dije esto es bien imposible). En ese traqueteo de las rodillas y las caderas, en este cuerpo que parece desarmarse, encontré un animal con luna en aries.
Vuelta y vuelta se pasó y yo como nueva, como si nada, casi casi como si nada. Y seguimos, dale un poco más que la mente te confunde, te hace creer que no podés porque nunca corriste ni el colectivo.
Y ahí estás, corriendo a la par de otres animales fervientes, como un gacela en el bosque. Sol en Leo y está nublado, y a pesar de eso.
La mente te dice lo que no vas a poder, mientras el deseo te tira el cuerpo con sus caballos de fuerza y de fuego.
Fueron 4k y aún puedo caminar.
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lunes, 22 de julio de 2019

Cuatrocientos dos: Corre, Forrest

¿Te acordás cuando Jenny abandonó a Forrest Gump y él empezó a correr hasta que toda la vida, prácticamente, se le pasó por delante como una película?
Bueno, eso.
Mañana empiezo a correr para dejar atrás todo lo que la vida.
Ya comí mi plato de fideos. Tengo mis calzas, mis zapatillas como nuevas desde hace 3 años. Tengo una amiga maratonista que atraviesa bosques, desiertos y praderas con sus piernas. Maestra.
Mañana cumplo también 7 meses sin humo. Tengo el bazo listo para aprender a respirar.

¿Qué puede fallar?


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jueves, 18 de julio de 2019

Cuatrocientos uno: Filtraciones

Filtraciones hay de todo tipo. Estoy filtrada, podés decir. Estoy perdiendo agua.
Dicen que el agua representa las emociones. El año pasado me empezó a llover el techo del baño. No sé, no veo, no quiero. 
Ayer se pinchó el termotanque (que los eclipses, el mercurio retrógrado y la mar en coche). A mi se me desbordó la cocina de agua. La cocina interior se me desbordó. No sabía cómo detener ese flujo irrefrenable (el agua tiene esa capacidad expansiva e incontenible, a veces -casi siempre-). 
Después de cuatro o cinco horas de muchísima impotencia y frustración -pero si es tan sólo agua, es tan sólo un termotanque- pude. Tuve que googlear -humillarme- cómo es que se cierran los pasos de agua, si es para un lado o para el otro, porque iba y venía como bola sin manija, sin poder razonar un poco la cosa.

Hoy vino el plomero, finalmente. En pocos minutos me resolvió con una sencillez magnífica los problemas domésticos por los que estaba sufriendo exageradamente. ¿Cómo es que salí del horror de mí misma, de mi casa, mi desesperación infundada? Saliendo mentalmente.

Las cosas siempre tienen una dirección. Se cierran en un solo sentido, pero hay que calmarse para ver que no es un tsunami, es apenas una ola. 

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martes, 16 de julio de 2019

Cuatrocientos: La vida entre eclipses

La vida es en espiral, dice el manga. "Todo cicla", dice la astróloga.
Hoy hay eclipse parcial de Luna en Capricornio. Luna llena. Fin de un ciclo.
Como la condensación de agua como una aureola alrededor de la luna nos anuncia que va a llover.
Una llena nos avisa que vayamos dando por terminadas algunas cosas. O no. Y entonces hay que esperar la segunda vuelta para bajarse del bondi en la parada correspondiente.
Después de muchísimo tiempo de no verme, estoy en el mismo lugar de siempre escribiendo en el reflejo de la puerta-ventana unas palabras para mí que son para el mundo. Unas palabras para el mundo que son para mí.

Está ciclando y una amiga que hace años que no veo está en mi casa como si fuera ayer. Pasamos por aquí pero no era el mismo aquí. Ya no somos las mismas pero nos reconocemos en lo que pese a todo permanece. (Qué loco, ¿no?)

Todo lo que no cambia tiende a desaparecer pero si cambiamos mucho también desaparecemos.
Hay algo que permanece como un tatuaje mientras seguimos avanzando para un adelante, atrás, abajo, al medio, al centro y otra vez de nuevo. Estamos cerca de dar la vuelta para estar un poco más cerca de nosotros mismos.

Y sin embargo, día noche día noche al infinito.
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