Encontré un patrón encantador en mi gusto por la música contemporánea, japonesa, en piano. Un patrón que es el obstinato mismo. Obstinato que me obsesiona, y habiéndolo escuchado una enferma cantidad de veces, he hundido mi carne en el sonido, toda. Mi hombro, su queja ahora despierta, sólo el izquierdo. Podría insistir todavía más y tocar hasta dormirme. Pero no soy buena. Soy simplemente muy entusiasta y volátil.
Me desgarran algunas cosas, hechas con sangre.

Ciento cuarenta y cinco: música en japonés
0 comentarios:
Publicar un comentario