viernes, 19 de agosto de 2011

Ciento cincuenta y cinco: Érase Kapocha

En el envión de bebernos unas cuantas cervezas en vasos de tragos largos, coincidimos en "mover" hacia el lugar más próximo con karaoke.
Cuando arribamos, yo pedí el karaoke y ella dijo: tienen que consumir.
La lista de temas que apenas recuerdo esbozaba: arjona, raphael, cumbias varias y pachangas de muy diverso tipo. Él cantó: Dime que no. Y nosotras: Signos, de Soda Stereo (aunque el animador de la fiesta había prometido: canción animal).
Tras el canto que fue escueto pero abrumadora la voz del último cantante haciendo vibratos sobre una de robbie williams, se habilitó el baile. En una oscuridad típica de bares de mala muerte, las mujeres presentes bailaban y bamboleaban de a pares en torno del caño. Luego soltaron las fieras y se armó la pachanga.
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1 comentarios:

Anónimo dijo...

El otro dia volví a pasar por kapocha y en su lugar hay un terreno baldío, ¿sería una sucursal del infierno? , ¿habremos vendido nuestra alma al diablo al bailar en el caño? Yo perdí la noción del tiempo esa noche, Kapocha me abrazaba, no dejaba irme...

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