martes, 12 de abril de 2011

Veintisiete: cómo hacerse amigos nuevos

El paso del tiempo no trajo aparejado el desarrollo de ciertas habilidades de socialización "amistosa". Veáse que sigo comportándome de la misma forma que cuando ingresé al jardín de infantes e incluso podría decir que antes en alguna que otra playa o arenero comunitario.
Sucede que el ingreso en una nueva institución en la cual el juego no es, aún, una posibilidad real dificulta el abordaje del problema. Dada la situación, los posibles disparadores de un diálogo en el marco de un aula de abundantes desconocidos se limita a preguntar cosas obvias y quedar como infradotada.
Algunos episodios insinúan que podría llegar a relacionarme con un par de sujetos que se ubican a la misma distancia que yo del pizarrón y que, por razones del azar, se han sentado a escasos centímetros de quien escribe ahora. Este par de sujetos han evidenciado comicidad ante las mismas situaciones que yo, razón por la cual, creo esgrimido un puente.
No obstante, ante la ausencia de una intención visible fui yo quien promovió un primer contacto verbal tentativo. La respuesta fue positiva pero limitada y, por el momento, no ha demostrado grandes posibilidades de crecimiento o réplica, razón por la cual me he retraído nuevamente. Sigo a la espera de otras posibilidades de conexión social. Se agradece cualquier sugerencia en este sentido.

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