miércoles, 27 de abril de 2011

Cuarenta y tres: Sálvame, música

Por eso música es una esdrújula. Porque va a salvarme. Porque las palabras esdrújulas tienen un poder encantador. O simplemente un poder.
No aguantaría la vida sin la música. No soportaría ninguno de todos mis trabajos. No podría escribir ni una línea.
Mi bici y mi música atraviesan la ciudad a la velocidad de mi desesperación y aún así el mundo es de una fragancia francesa, es chateau richelieu.
Porque si ando con los auriculares puestos, todo, absolutamente todo, es musical. Y si la vida es musical, entonces la vida es linda. Y todo lo que podría ser lindo sin música, con música es doblemente lindo o lindo al cuadrado. Y si exagero es porque soy una apasionada y una exagerada también. Pero si la ciudad es rugosa, pedregosa, odiosa, malhumorada, ansiosa, violenta; entonces la música es un gran clonazepam.
El tiempo, recurso en extinción, es insensato. Que el tiempo sea tempo que el tempo es otra cosa el tempo es musical.

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