viernes, 1 de abril de 2011

Dieciséis: Afilador

Me cuesta atender el timbre. El contexto me ha enseñado que todo puede darse por anticipado. Ahora espero visitas por anticipado. Espero agarrar el celular y saber quién llama. Tengo un timbre sin cámara. Si tuviera cámara estaría todo el día mirando ese canal. Si tuviera tele. Increíblemente atendí, con la osadía de no saber. Afilador. Afilador con flauta. Afilador sin flauta no es afilador. Afilador sin bici no es afilador.
Bajé con el cuchillo más grande que encontré. No sabía como sostenerlo para no amenazar a una potencial involuntaria víctima.
Allí estaba él, montado en su bicicleta afiladora, puesto a sacarle chispas al cuchillo. Le entró a dar. Yo reviví las afiladas del paleolítico. Me avivó. Me dijo que cebolla no. Que el mismo ácido que te hace llorar, le saca el filo al cuchillo. Es decir, digo yo, que el llanto desafila hasta a un cuchillo.


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1 comentarios:

Unknown dijo...

que bueno!

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