Tengo una insoportable abstinencia de amor.
Y no me da verguenza decirlo.
Pero no me la aguanto.
Aguantarse las ganas es asqueroso.
Estoy esperando que el tiempo haga capitas de arena.
Una sobre otra.
Y lo tape
o lo barra bajo la alfombra.
Todo lo que he creído ver hoy (por si mañana hay tsunami) está rebalsado de esto.
Por eso, por si mañana hay tsunami, hoy hay abstinencia.
A veces nos ganan otras cosas.

0 comentarios:
Publicar un comentario