sábado, 16 de julio de 2011

Ciento veintidós: Las nubes

Verdaderamente yo estaba cansada. No había podido dormir entre la ansiedad del viaje y el temor a quedarme dormida en cualquier momento, en cualquier posición. A las cuatro estaba esperando un taxi. A las cinco y media, fui abandonada en Retiro. Tuve miedo y subí a otro taxi. A las seis y cuarto estaba tomando un cortado. A las ocho estaba a bordo. A las ocho y cuarenta estaba ofuscada. A las ocho y cuarenta y cinco, estaba realmente muy cansada y ofuscada. A las nueve menos diez, despegó, se despegó. El avión atravesó las nubes grises, la niebla, la carcasa espesa de oscura humedad. A las nueve y minutos, el cielo era celeste y nubes como campos infinitos de blancura y el sol. El sol como todo. El sol en mi cabeza contra la ventanilla. Las nubes, aquí me quiero bajar.
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1 comentarios:

Leopoldo B. Albina dijo...

a este orvalho:

libre libélula
baja en las nubes y sube al sol
se luce luciérnaga
danza y canta guajira!
giras bajo el agua y sobre ella
kitten, keating
nibelunga, drizzle, drizzle!
aquí te envuelve la aurora boreal, su mar
sommer, su mer jir se

de peixinhos, leão - Leopolblas

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