
sábado, 16 de julio de 2011
Ciento veintiuno: Cien de humedad
Hacía frío, después de todo podríamos tomarnos unas cervezas en el bar más próximo. También entonces, unas empanadas. Y el frío no sé si era tanto, era más esa cortina flotante de milimétricas gotas. Una lluvia que no era tal, pero mojaba igual. Ella dijo: hay cien por ciento de humedad. Eso sería como estar sumergida en una pileta. Pero aquí no se podía nadar. Apenas nuestra lengua nadaba en la cerveza y ya la risa hacía lo suyo.

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