miércoles, 20 de julio de 2011

Ciento veinticinco: Elegante sport

Estar enferma y estar de vacaciones y estar todo el día encerrada, me ha obligado a ponerme un jogging. Sumale la tristeza o la melancolía. En una distracción de mi madre, cacé las llaves, el saco y me fui por el corredor.
Y caminé, caminé, caminé. Estaba nublado pero no iba a llover. Me encontré una carta, era un once de copas. (Once de copas: Caballero dulce y estudioso, al derecho. Al revés, flirteador.) No recuerdo de que lado la encontré, pero es probable que no al derecho.
Luego se me ocurrió seguir escapando, con saco y jogging, me escapé a la casa de ella. Entonces, la tarde se develó en susurros y yo, de elegante sport.
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