sábado, 10 de septiembre de 2011

Ciento setenta y seis: Encontrada

De pronto luzco como la pieza del puzzle que cabe perfecta. Mi sencillez musical ya no me avergüenza. Estoy encontrada en la habitación de tres, mientras ellos desvisten las guitarras, yo desvisto mi cuerpo de temores. Estamos a la mesa, a los platos vacíos, a los ceniceros llenos, al río de tres fuentes. No me siento ya tan pequeña. Puedo estar a la altura de las circunstancias, aunque ande sinuosa, y a veces me entregue y a veces no. Todavía no del todo. Pero entonces falta tan poco para que esto sea una sola y
única corriente, un canal.
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