lunes, 26 de septiembre de 2011

Ciento ochenta y nueve: La decisión

Esa mañana yo llegué al trabajo con una tos muy muy fea. El cerebrito dijo: "tabaco", creo. Y yo supe que sí, ¿qué otra cosa podía ser?
¿Podía ser enterarme que tengo una fecha límite para acceder a un futuro imaginado?
¿Podía ser darme cuenta de que me gusta mucho alguien?

O el tabaco.
Y el dijo: yo dejé de fumar cuando escuché toser a un tipo que tenía cáncer de pulmón.
Y al rato,yo fumé. Pero el relato me caló.
Y esa noche, sin más, lo decidí por fin.
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