En busca de cajas de cartón de tamaño insólito.
Una señora amarga
aturdida por el tiempo
encapsulada en su rutina
de pliegos, de cortes,
responde con desmedida desidia
que lo insólito
no es imposible
pero casi, apenas,
es espeso y arrugado y denso.
Las urnas son para los muertos.
También las de cartón.

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