Cuando se acerca por última vez a un vidrio, se vuelve sin respuesta. Recibe un disparo invisible en su cuerpo total. Desarma en el suelo. Y ahí se queda, cual muerto.
martes, 17 de mayo de 2011
Sesenta y dos: Un niño con un rifle
En una esquina un niño. Yo, parapetada en un auto. Un niño con un rifle. La bicicleta caída a su lado. El niño se acerca a la ventanilla de los autos, promulga algo y se aleja. No hay contacto. Se aleja con su rifle. Dispara a puntos invisibles. A veces apunta al vidrio y dispara un silencio brutal. Hace el gesto del impacto con el cuerpo. Del impacto de su propio disparo. Dispara y recibe disparos. Lo sé todo por su cuerpo. Un cuerpo pequeñísimo. En la distancia todo parece aún más pequeño. El rifle es casi de su altura.
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