domingo, 15 de mayo de 2011

Sesenta: Despojarse

Una vez cada un par de años, asisto a una actividad llamada "orden".

Ordenar es volver. Volver para avanzar. Revisar las valijas para decidir con qué sigo. Volver es revolver. Revólver en la cabeza. Revolver papeles y cartas y papelitos más chiquitos y restos materiales filtrados en el caos. Es participar de una ceremonia de dimensiones inesperadas.
Mi facilidad para olvidar tiene una contraparte terrible que pesa kilos de papel.

Hay flashbacks felices. Sí. Hay evocaciones, araño sensaciones viejas. Me voy por todas las tangentes del no-olvido. Es duelo a corazón abierto. Sangro. Es inmediato. Me estoy cosiendo una colcha con todos los retazos discursivos del desorden en capas.
Ordeno y me despojo. Ordeno por dos años no voy a volver a este lugar de entierro. Les dejo flores de plástico. Del plástico de mi memoria.

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