jueves, 2 de junio de 2011

Setenta y nueve: Let me alone

Ahora que me prestan el yamaha. Atravesé a toda velocidad la mitad de la ciudad para introducirme feliz en el yamaha. El yamaha con el que sueño seguido. El yamaha que yo no podría comprarme pero que podría robarme casi sutilmente, arrastrándolo por la diagonal setentaytrés hasta mi casa. Y no, justo van a caer más temprano de lo que acostumbran para interponerse entre el yamaha y yo, para impedir "sin querer" una improvisación que me viene alegre a las manos, justo van a acercarse diciendo "no te quería interrumpir..." pero ya me interrumpiste, sabelo, sí, me cortaste la onda y, entretanto, dándome charla, una charla casi obscena ante la posibilidad real del yamaha hasta que van cayendo los otros a terminar de interrumpir toda la cosa que se me venía en cascada que no era más que un arpegio estándar pero qué me importaba a mí si el yamaha.
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1 comentarios:

Eugenia Di-Paola dijo...

en la reventa hay uno por 150 pe...

:)

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