El domingo como la culminación otrora, ahora como un puente entre un sábado y un feriado. Domingo con el sol ya bien abajo lo convoco a un café y él resulta ser un poeta debajo de la campera de jean. Pasa que las telas son muy gruesas, poco ajadas. Darle un poco más de tiempo, darle manija a la paciencia, esperar que se desgaste la tela de las mil tramas de hilos. De los hilos que están hechas las conversaciones, las que parecen estériles, luego crecen como matorrales, anémonas indómitas.
Me había olvidado lo que era un domingo de vida. Decreto ya feriados alternados de lunes y viernes, de lunes y viernes como un columpio.

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