No entiendo mucho de ese mundo. Pero cuando mi hermana entra a la cancha, a mi se me suelta la cadena y en vez de gritar, lloro. Y llorar no daba. Me reprimí las lágrimas cada vez que ellos gritaban su nombre o hacían con los dedos el número de su camiseta.
Yo suelo ser muy intelectual. Horriblemente intelectual para estas cosas. Me pongo a analizar porque le dicen marimacho a la de cabeza rapada del equipo contrario y hasta me pongo mal, quisiera pegarles un sopapo. Es que yo no entiendo esas pasiones.
A mí me emociona mi hermana.

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