domingo, 19 de julio de 2015

Trescientos cuarenta y ocho: Ser una extranjera

Hoy estaba en una esquina con sol, donde hay un bar, tomando un café en pocillo, leyendo uno de los libros de poesía recién comprados. Hacía mucho frío pero el sol, y la campera estaba en el auto y no quería ir por ella. Alguien se acerca, me dice: no te reconocí con el pelo largo, parecés extranjera. Pensé: quiero ser una extranjera para siempre, haciendo las cosas que se hacen en los viajes, viendo todo por primera vez. Vivir como un ritual, performar.
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