Hoy salí, plena final de Argentina. Estaban en tiempo suplementario. Me quedaba el tiempo contado. Salí y no había un alma.
A la única mujer que me cruce, tuve ganas de decirle: qué hermoso este silencio. Pero ninguna habló para no cagar el momento. Sé por sus ojos que ella sintió el diálogo.
sábado, 4 de julio de 2015
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