A veces pienso demás y me voy en elucubraciones, me voy, llego muy lejos y vuelvo. Todo ha sido tan sencillo en estas clínicas, todo tan programado que no puedo enredarme en la tristeza mucho tiempo. Hay cosas que vienen tan a propósito, como ésto, justo ahora que tengo el tiempo y la energía para ocuparme de estos asuntos. Y me reconforta tanto no lidiar con nada gris, nada áspero. Tan solo estar ahí, esperando que la traigan de vuelta, entusiasmada, haciendo chistes, inquieta con su brazo dormido a cuestas. Es inevitable la emoción, es una ardilla. Quiero estar toda la vida esos instantes.

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