Las cosas no han cambiado tanto pero el cuerpo es un lugar mejor, despejado de ideas de cosas que ya no existen.

Breves crónicas pre-apocalípticas
Trescientos veintitrés: Las cosas que ya no existen
Trescientos veintidós: La vida como videoclip
Trescientos veintiuno: Cosas buenas pasan los días de insomnio
Trescientos veinte: Clínicas
Trescientos diecinueve: Puente
Trescientos dieciocho: Todo es un poema o una canción
Trescientos diecisiete: Conducir hace bien
Trescientos dieciséis: Déjate caer
Trescientos quince: Sincronías
Trescientos catorce: Bailar en el silencio
Trescientos trece: Observo, luego existo
Trescientos doce: Viernes entre gente
Trescientos once: Buenos Aires
Trescientos diez: Ya no me aburro
Trescientos nueve: Son todos cómplices