miércoles, 12 de agosto de 2015

Trescientos sesenta y uno: La dispersión es ley

Por geminiana, por cibernauta, por posmoderna, soy dispersa, tan dispersa como el aire. Salto de una cosa a otra y a otra y a otra ahí mismo, allá afuera, aquí dentro. Mi euforia nace del caos creativo. Pero las raíces, el ascendente en cáncer, el arraigo post-infancia, me devuelven a la tierra otra vez.
No me da miedo irme por las ramas, todo lo que se va, florece en las esquinas. Y mientras la flor existe, ese presente es un continuo.
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