
miércoles, 5 de agosto de 2015
Trescientos cincuenta y siete: Vorágine y felicidad
Volvió la bici, salió el sol, salí pedaleando la primavera que a las horas se esfumó pero entré en calor. El día me sacudió pero caminé, mi viejo me desafió 15 km de pedaleo y acepté. Pero no hoy, eso será cuando mis gemelos se restablezcan y vuelvan a crecer y el tatuaje que me voy a hacer quede pipi cucú. Cuando yo crezca quiero seguir siendo así, como hoy, llegar a casa, abrir las ventanas, tender la ropa, comprar cosas en los chinos, cosas que no necesito y que no cuestan mucho pero son como haikus para la habitación. Comer manzanas de mañana y bananas de tarde, condimentar la ensalada con limón, quiero exprimir unas naranjas y escuchar música fuerte que me haga bailar. Todo esto es amor. Cuando yo crezca quiero ser como soy.

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