sábado, 8 de agosto de 2015

Trescientos cincuenta y nueve: Hay veda

La veci meta cumbia y cumbia, llega gente, se escucha el ruido de llaves, el ascensor que siempre se detiene en el mismo piso, vibran las paredes. Donde hay veda, hay resistencia. Acá cenamos sushi y chop suey, en el rincón quedaban unos vinos antiveda y nos pusimos la playlist bien hitera. Cuando pintó la gula, fuimos hasta el kiosco y en el camino había una birra mitad llena mitad vacía, en el medio de la vereda, la birra antiveda. De vuelta, ya no estaba, alguien la manoteó en un rapto de sed antiveda. La calle estaba llena de autos y de gente agitando desde sus casas, dale que va, donde hay veda hay resistencia.
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