domingo, 16 de octubre de 2011

Doscientos cuatro: Los choris de mi hermana

Yo no te explico lo mucho que me emociona verlas a las dos, mis dos hermanas, una pequeña y otra grande, ya crecidas, yendo hacia sus campos, mirando hacia sus cielos. Esas son cosas que veo sólo las noches que una de ellas asa unos chorizos y nos sentamos a la mesa y dejo de renegar de la familia y dejo, prácticamente, toda la anarquía a un costado y me pongo humana y blanda como molusco y es probable que llore, pero no lloro, porque hay muros infranqueables todavía, normas paternas, porque los chicos no lloran, porque yo creo que soy chico, porque yo debo ser fuerte. Y entonces morder un bocado, masticar como quien deja irse otra oportunidad de soltar.
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1 comentarios:

Anónimo dijo...

1) Me parece fantásticamente fantástico el nombre de tu blog

2) Hermosa la crónica del día :)

Sigo leyendo...
Pájaro.-

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