miércoles, 12 de octubre de 2011

Doscientos: Un pez

Nunca antes tuve un amor intraacuático tan tan breve tan tan distinto como éste.
Nunca antes me miré, me miró, un pez así. Un pez, sólo ése, el resto no. Sólo ese iba y venía en sacudones y clavaba así sus ojos en mí, como si fuera su misma especie o incluso distinta pero eso nos tenía sin importancia. Nos tenían nuestros ojos como se tienen las cuerdas en el aire jaladas de los extremos.
Share/Bookmark

1 comentarios:

Anónimo dijo...

guauuu sigo sin palabrasss!!!! me encanta lo que escribís!!!

(te agregué como amiga a mi blog, realmente creo que las personitas que entran pájaro merecen leerte. tus crónicas son increibles y maravillosas).

Publicar un comentario