Vuelvo de ver una obra. Me gustaría ser más afectuosa con los desconocidos porque es una fuerza que me viene y yo reprimo y alguien te abraza y ahí entonces, es cierto, es tan simple como eso, es el cuerpo.
Me gusta el teatro porque los actores prestan su cuerpo a un desfile de emociones prestadas. Lo brindan con una sencillez que me quita el aliento. Están dispuestos a todo. Y yo no pido tanto siquiera, pido a secas poder decir cómo estás verdaderamente y escuchar la respuesta y no volarme tres segundos después. Pido al universo que mi corazón y mi cuerpo sean algo que se da sin mayores problemas, sin pedir nada a cambio, sin prolegómenos, prestar el cuerpo a mí misma.

0 comentarios:
Publicar un comentario