viernes, 6 de enero de 2012

Doscientos sesenta y cuatro: El fin de año me diluye

Tomar un vuelo hacia el origen. Mirarse el pupo todo el día.
Estoy en la aridez. Los sentidos son múltiples. Pero hay una cosa bien cierta y esa es la aridez.
Cada día que pasa, me vuelvo más ameba. Espero la hora en que el año del dragón me haga lanzar fuego por la boca.
Por lo pronto, hemos lanzado cañitas silbadoras al cielo con nuestros deseos.
Descanso en la sombra de eso.
Siento que soy el agua que se esparce tras la caída violenta sobre el azulejo.
Pronto seré el vapor.
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3 comentarios:

Ivana dijo...

nubecita nuestra

rober dijo...

me gustó mucho...

rober dijo...

y no estoy seguro de no ser un robot

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