domingo, 15 de diciembre de 2013

Doscientos ochenta y siete: Ocio

Siempre me gustó detenerme en los nombres, en las palabras que incluyen los nombres. El mío en particular incluye "ocio" sin hacer ningún juego rebuscado, con la simple supresión de la r. Hoy, domingo dieciseis de diciembre (DDD) declaro el inicio del ocio vacacional que durará aproximadamente dos meses y que, si bien no es absoluto, es suficientemente feliz y terrible como para desvelarme. El tiempo ansiado toca la puerta. Me encuentra en reposo. El reposo más melancólico y futil. De repente, nada me interesa. Desaparece la buscadora. Nazco y muero en el mismo intento de moverme. Se suman los treintaypico de grados. Se suma la gata busca-cariño. Estar premenstrual. El ocio que tanto añoré es un mostruo indecible que me mira a los pies de la cama, mezclado con el productivismo, es una trampa mortal. No hacer nada es desaparecer. Pero olvido lo que fue deseable entonces, ahora nada, solo helado en el freezer que se come a cucharadas de melancolía.
Share/Bookmark

0 comentarios:

Publicar un comentario