domingo, 28 de junio de 2015

Trescientos treinta y siete: No es lo que parece

Desde temprano, generé fascinación por las agujas.
La buena noticia hoy es que la farmacia de enfrente ya tiene la droga.
La droga debe guardarse en la heladera hasta su aplicación.
Cohabitante M. es R1. Está canchera con la jeringa.
Le digo: ponemelá.
Me dice: comonó.
Tengo algo de miedo. Ella prepara todo, me dice: respirá hondo. Estoy tirada en el sillón exhibiendo la parte. Cuando va a clavarla, suena el timbre. Me dice: otra vez, respirá hondo. Respiro, entra, siento el líquido, creo que se me anestesia la zona. Sale la aguja.
Eso es todo.
No sé cómo terminar la crónica. Es el pinchazo más agradable de mi vida y no es heroína.
Me doy cuenta que no es momento de acabar. Duermo. Sueño pelotudeces.
Son las doce del mediodía. Me duele la nalga.
Share/Bookmark

0 comentarios:

Publicar un comentario