domingo, 28 de junio de 2015

Trescientos treinta y ocho: Dormir es un comienzo

La gata lame el plato con crema de leche y brócoli. Mi cuerpo cree que es sábado. Los vecinos de arriba discuten. Escucho sus gritos. Me gustaría distinguir las palabras así sigo la novela. Son los de arriba. Golpean cosas. Yo vengo de tomar cerveza artesanal para reivindicar la magia del domingo lluvioso. La gata termina de lamer el plato, los vecinos dejan de discutir. La birra sigue ahí, la fiesta no. Hay que dormir para ir a trabajar, hay que trabajar para comer, hay que seguir escribiendo para que tenga sentido, hay que seguir viviendo para todo. Dormir es un comienzo.
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1 comentarios:

Unknown dijo...

Maravilloso. Real y fantástico a la vez. Te abrazo, Ro!

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